Es toda persona física o jurídica que compra un producto, sea tangible o intangible y que mantiene una relación comercial con dicha empresa.
La palabra cliente proviene del latín CLIENS, que quiere decir PROTEGIDO lo que significa: declinar, inclinar, reclinar. La idea da lugar a un protegido que se inclina para apoyarse sobre o simplemente recibir la protección de… incluso en la sociedad romana la misma palabra CLIENS/CLIENTIS se hacía referencia a alguien que estuviera bajo la protección de otro.
Sin embargo, esa definición se ha modificado a lo largo de los siglos dado que para algunos el cliente no sigue siendo aquel que obedece fielmente como antes en búsqueda de protección, más bien se convierte en una persona que busca ayuda para satisfacer su necesidad; aunque es otra forma de apoyarse, pero sigue siendo una persona que recurre de forma voluntaria para recibir algo a cambio de otra cosa que debe entregar como costo de lo recibido.
Dentro de una institución existen dos tipos de clientes; cliente interno y externo, ambos son súper importantes para el desarrollo de ella.
Los clientes internos: Son los miembros de la empresa, están vinculados a ella por una relación de trabajo aunque no consumen su producto. Mantienen una relación estrecha con la empresa y el consumidor final.
El cliente externo: Es aquel tradicionalmente que conocemos, se le llama también consumidor final en algunas ocasiones. El adquiere el producto de la empresa y contribuye en la entrada de su ingreso.
Tanto el cliente interno como el externo ambos favorecen el desarrollo de la compañía, y están en eterno contacto y comunicación, solamente el cliente interno interactúa con la empresa de alguna forma porque trabaja en ella proporcionando insumos, en cambio, el externo no pertenece a la organización de ninguna forma, pero actúa frente a la adquisición de su producto.
Los dos son importantes para la empresa, y deben ser respetados, valorados y comprendidos, porque sin ellos no hay compañía. El cliente interno es uno de los principales agentes para generar el valor que la empresa pretende transmitir al consumidor final. Su trabajo, sea en atención al cliente, marketing, ventas, operaciones, incluso alta gerencia, contribuye para elevar su experiencia. Es por medio de él que el cliente externo recibe todo el apoyo humanizado, avances empáticos y productos distinguidos de acuerdo a sus necesidades.
Es el cliente interno que representa a la empresa en el mercado por medio de su desempeño y su conjunto de trabajos, transmitiendo su política y filosofía con el fin de asegurar la credibilidad y la reputación de la misma.